El
tratamiento básico consiste en una limpieza profunda del sarro que se acumula
por encima y por debajo de la línea de las encías. Para ello se realiza un
raspado mecánico y un alisado de las raíces, para eliminar los puntos rugosos
donde se acumulan los gérmenes.
Se puede
completar con un tratamiento antibiótico, para lo cual se suele recurrir a un
antibiótico de amplio espectro, como la amoxicilina y el ácido clavulánico.
También es frecuente el empleo de colutorios con un agente antimicrobiano, como
la clorhexidina, para la realización de enjuagues
bucales.
En
algunos casos, la profundidad de las bolsas periodontales aconseja recurrir a
la cirugía. La operación consiste en levantar las encías, retirar el sarro,
alisar las raíces y volver a colocar las encías en su posición, cosiéndolas con
puntos quirúrgicos para que el tejido vuelva a ajustarse al diente.
En los
casos en los que se practica una cirugía, es posible que el periodoncista
aconseje la realización de un injerto de hueso o de tejido, para reemplazar al
que se ha perdido como consecuencia de la enfermedad periodontal.
OPINION: Los tratamientos a seguir son una buena limpieza y la colaboracion del paciente.